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viernes, 28 de enero de 2022

Ex diplomático analiza uso a “conveniencia” por parte régimen cubano término bloqueo

Miami, Florida. -En ocasión de esa fecha simbólica, donde se cumplen 6 décadas después de que Estados Unidos impuso el embargo comercial al régimen de Castro en Cuba y que hoy se mantiene en vigor el, exprisionero político cubano y diplomático Luis Zúñiga, hace un análisis en su informe donde además evalúa “uso a conveniencia, por parte del régimen comunista, del término bloqueo.” 

Zúñiga asegura que su uso por parte del gobierno cubano tiene el evidente propósito de magnificar su impacto y presentarse como “una víctima” que suscita simpatía o lástima del resto de las naciones (por ser Cuba un país pequeño y Estados Unidos uno grande y poderoso).  

“El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba tiene años llevando a votación en la ONU la resolución sobre ‘necesidad de poner fin al bloqueo’... recitando pérdidas que, durante los 60 años de embargo, Cuba ha tenido, más de 930 mil millones de dólares estadounidenses”, según precisa Zúñiga. 

“Incluso, en 2021, fue presentado un documental dirigido fundamentalmente al público estadounidense, La guerra contra Cuba, como parte de una maquinaria de manipulación propagandística utilizada con notable eficiencia y replicada por los gobiernos de izquierda del mundo, particularmente desde el derrumbe del campo socialista de Europa del Este y la crisis que ello produjo en Cuba.”  

No obstante, Zúñiga indica que lo que no cuentan ese documental producido por Danny Glover y Oliver Stone ni el Minrex, es que la raíz del embargo fue la agresión del régimen castrista, mediante su acción confiscatoria (sin compensación) contra compañías estadounidenses como “Texaco”, “Shell” y “Esso” en el año 1960, poco después del triunfo de la ‘revolución cubana’ y en un contexto de Guerra Fría.  

Reseña, Zúñiga, a las mencionadas empresas petroleras se sumaron otras 38 empresas de EE. UU., entre ellas los 36 centrales azucareros que poseían, como también compañías de teléfonos y electricidad. Aunque en el mundo entero las nacionalizaciones requieren que los gobiernos compensen adecuadamente a los dueños extranjeros, todas esas empresas fueron nacionalizadas sin compensación por orden de Fidel Castro. 

La primera respuesta del presidente de Estados Unidos fue cancelar la cuota azucarera de 3 millones de toneladas que le compraba anualmente a Cuba. Luego, ante la elevación de aranceles a las importaciones de productos estadounidenses, el gobierno de ese país decidió suspender la exportación de mercancías a Cuba, excepto medicinas y alimentos.  


Por último, Fidel Castro ordenó “nacionalización de todos los bancos extranjeros”, y el 24 de octubre “dispuso la confiscación de todas las empresas norteamericanas que permanecían en Cuba. Las confiscaciones a estadounidenses fueron valoradas en ese momento en poco más de $1.000 millones de dólares”, expone Zúñiga.  


La situación escaló hasta que el 3 de enero de 1961, las relaciones diplomáticas se cortaron. El próximo paso de Kennedy fue ordenar el Embargo Comercial a Cuba, basado en la “Ley de Ayuda al Extranjero” (Foreign Assistance Act) aprobada por el Congreso de los Estados Unidos.  


“Para imponer el embargo, la explicación que dio el presidente Kennedy al Congreso fue la defensa de los intereses de los ciudadanos norteamericanos arbitrariamente despojados de sus empresas legalmente constituidas en Cuba. Cuenta entonces, como dato curioso, que solo se excluyó a Estados Unidos del pago por las propiedades y negocios nacionalizados, en contraste con las garantías de pago que daba al resto de los países afectados, algo que fue una demostración de que su acción era selectiva y tenía como trasfondo un cultivado “odio” al país vecino, reseña Zúñiga. 


Concluye su análisis indicando que, “pensando en términos contrafactuales, posiblemente, si no se hubiera aplicado el embargo, el régimen comunista cubano habría actuado contra intereses económicos de otros países, sintiéndose libre para hacerlo. Gracias al embargo, esa avaricia expropiatoria y confiscatoria se ha conseguido frenar”, citando previamente razones para exponer esta idea, a juicio del prestigioso analista, político y exdiplomático Luis Zúñiga.

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