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miércoles, 21 de diciembre de 2022

Líder evangélico llama a dominicanos a celebrar las fiestas navideñas con prudencia y austeridad

Santo Domingo. - El reverendo Reynaldo Franco Aquino llamó al pueblo dominicano a celebrar las fiestas navideñas, en el marco de la prudencia, evitando el consumismo y compartiendo en familia el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.

En el mismo tenor, el líder religioso instó a la ciudadanía a dedicar tiempo a reflexionar sobre el cambio que necesita la nación, para fortalecer la convivencia, ya que, según él, estos días deben tener un significado profundamente familiar, de encuentro, conmemoración y memoria.

Destacó que este año 2022 la celebración coincide con uno de los más severos focos de inseguridad, violencia, recesión económica y una de las peores crisis, no solo financiera, sino moral, social y espiritual.

“Invitamos a la familia dominicana a celebrar con moderación y les pedimos que oren para que este año 2023 la violencia disminuya y, en cambio, desarrollemos acciones y actitudes inclusivas y solidarias que promuevan la paz, el bien y laconvivencia armónica. La Navidad es un momento oportuno para abrir puertas, para reavivar la esperanza, para que los pobres entren en el banquete, participen y permanezcan en él”.

Sin embargo, cree que esta situación desalentadora no tiene por qué ser irreversible y puede ser una oportunidad para aprender a valorar a las personas más allá de sus posesiones materiales y administrar racionalmente los recursos que poseen.

Franco Aquino, presidente de la Asociación de Iglesias Pentecostales de Jesucristo y de la Comunidad Apostólica Internacional, sostiene que no es posible despegar un proceso de desarrollo sostenible, de amor y reconocimiento de la dignidad, sin sanación espiritual y emocional.

"Esta Navidad no debe ser solo para recordar a Jesús, los dones y las fiestas, debemos comprometernos a ser agentes de sanación interior y transformación socio-espiritual; la Navidad es el anuncio del hombre nuevo, la mujer nueva, la nueva creación y la sana convivencia".

El líder evangélico invitó al Gobierno, a la clase política, a los empresarios y a los diferentes agentes de la sociedad, a velar por la seguridad social, la paz pública, en estos momentos donde la delincuencia y el negocio del narcotráfico y consumo, amenaza a las presentes generaciones y les quita paulatinamente la identidad del pueblo dominicano, enviando un mensaje negativo a los adolescentes y jóvenes, que el dinero fácil se puede conseguir sin mucho esfuerzo.

“La Navidad es una época de recogimiento, de compartir en familia, que atraviesa una grave crisis de valores, amenazada en su integridad y progreso por nuevos patrones de comportamiento que la están llevando a la inestabilidad y la desintegración, por lo que debemos fortalecer nuestras acciones y analizar a ellos",

Reiteró que esta época del año ofrece una excelente oportunidad para meditar, analizar y visualizar ¿dónde estamos?, ¿qué hemos logrado y qué cambios debemos hacer para mejorar nuestra calidad de vida y la de nuestra familia?

"Tenemos una excelente oportunidad para revisar nuestros objetivos. Preguntarnos: ¿Cómo estamos en nuestro ámbito físico, familiar, espiritual, profesional y económico? Cuando tenemos una radiografía exacta de las áreas que debemos mejorar, nos entra un espíritu de lucha, de expectativa positiva y de motivación que nos da sentido para vivir mejor y disfrutar cada día porque tenemos el privilegio de vivir.

“Exhortamos a todos los dominicanos a celebrar la Navidad en un ambiente reflexivo que nos impulse a reafirmar nuestro compromiso de seguir al Señor Jesús, el Dios-hombre que intervino en la historia humana para salvar un mundo corrompido por el pecado y la impiedad. Es un tiempo propicio para volvernos a Dios junto a nuestra familia y amigos, para renacer con nuevas actitudes y valores humanos que alienten una transformación de la sociedad dominicana corroída por la indiferencia, la ambición y el egoísmo”.

El religioso cree que esta Navidad es propicia para rescatar los valores centrales de la fe, la esperanza y el amor para que, inspirados en estas virtudes, que con tanto énfasis predicaba el manso rabino de Galilea, se sensibilicen a las necesidades de los sectores más vulnerables. desprotegidos de nuestra sociedad, renunciando al egoísmo, la arrogancia y el orgullo.

“Es hora de compartir con espíritu solidario, de hacer esfuerzos serios para reducir el desequilibrio social y la vergonzosa inequidad que llevamos desde la época colonial. Que la paz, el amor, la felicidad, la comprensión y la tolerancia sean la tónica del inicio de una buena relación en la familia. Que la estrella de Belén y el amor de Dios ilumine sus corazones”, dijo.
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