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Adolfina Mejia
13 days ago
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Santo Domingo.- El agrónomo Manuel Pérez, líder de los productores de plátano “barahonero” de la zona de Tamayo, echó el grito al cielo ante su impotencia ante el Consorcio Azucarero Central (CAC) que daña sus plantaciones con fumigación de herbicidas y el incendio de sus cañaverales.
Manuel Lemba, como es generalmente conocido en su entorno, dijo que una empresa que trabaja en armonía con la naturaleza y quema las cañas para cortarlas, “en la práctica niega lo que dice”.
El también coordinador del Movimiento Campesino Lemba sostuvo que la caña convive con todos los cultivos, “pero con buenas prácticas agroecológicas”.
Yo también tengo derecho a producir y ganar dinero, pero con vecinos como ustedes es difícil hacer agricultura diferente y apegados a las buenas prácticas agroecologías, dijo Pérez.
Tiene sus límites
Los abusos, sentenció Manuel Lemba, por más poderosa que sea la empresa, tiene sus límites.
“Aunque me sigan matando mis plátanos con candela, aplicaciones de maduradores a la caña, herbicidas… voy a seguir resistiendo”, advirtió el líder de los productores agrícolas del entorno de Tamayo.
El agrónomo compartió mensajes escritos y vídeos que remitió a los ejecutivos del CAC, la firma extranjera que administra las instalaciones agroindustriales del estatal Ingenio Barahona, reclamó el derecho de los pequeños productores a ostentar sus tierras, administrar el agua para su reguío y producir alimentos.
Soberanía alimentaria
De acuerdo con Pérez, próximo a las cañas que cultiva el CAC practicar soberanía alimentaria “es difícil”.
Los maduradores aplicados a las plantaciones de caña, los herbicidas y quemas de los cultivos de caña para corte, son entre otras, malas prácticas de parte de una empresa que dice que trabaja en armonía con la naturaleza, dijo Pérez.
Según el agrónomo, ese proceder se convierte en un gran roblemas para nosotros los vecinos, campesinos que queremos producir alimentos diversos.
¿Parte de un plan?
Pérez refirió que, avasallados por los ejecutivos del CAC, muchos campesinos al final terminan negociando la tierra. “Yo resistiré hasta el final”.
En su opinión, las tierras y las aguas de la región Sur deben ser principalmente para producir alimentos por parte de los campesinos.
La soberanía alimentaria es un deber y un derecho los patriotas campesinos, proclamó el dirigente de los productores agrícolas.
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